Liberarnos a través de nuestra Voz.
Todo lo que vivimos queda registrado en nosotros y luego en ecos es devuelto al universo y a nuestro entorno a través de nuestras expresiones, movimientos, decisiones y a través de nuestra voz. Por esto, si de alguna manera algo está atrapado o no queremos verlo, o quedó registrado como un especie de trauma del pasado, de igual manera se refleja, pero a través de nudos, miedos, bloqueos, y repitiendo conductas que nos pueden llegar a llenar de experiencias frustrantes.
A lo largo de mi camino en el arte y el encuentro con mi voz y su liberación, he pasado por muchas etapas, etapas de vulnerabilidad absoluta, etapas curiosas y de investigación, etapas profundas de conciencia, creación y comprensión, etapas de enseñanza y en general de aprendizaje. Todas me han llevado a la misma conclusión, la importancia de conectarse con uno mismo, con nuestra propia voz, para poder expandir ese poder interno.
La voz es una expresión de nuestro espíritu y creo fielmente que mientras más coherente se sea a lo que uno es, todo lo que salga de nosotros estará lleno de armonía y belleza.
Por supuesto que también es importante sobre todo si se desea cantar profesionalmente, comprender lo relacionado a la técnica vocal, la relajación, anatomía vocal, respiración, entrenamiento auditivo y demás. Es algo en lo que también he trabajado desde hace mucho, pero para mí el alma de todo nuestro sonido y su manifestación, reside en estar en sincronía con lo que somos, con todo y nuestras luces y sombras.
Por eso pienso que mientras más nos acerquemos a nuestros sueños y aprendamos a escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo, seguir nuestros impulsos, a cantar lo que queremos y como lo sentimos, a mantener nuestra esencia, nuestra identidad, nuestros colores, y dejar atrás los miedos, mejor cantaremos.
Además como siempre digo, consideró que todos deberíamos cantar, cantar más allá del aplauso, cantar para trascender.
Es importante entender que en realidad todos sabemos hacerlo, así como el movimiento, el habla, la respiración. Pienso incluso que si todos cantáramos, entenderíamos con mas lucidez muchas cosas, como por ejemplo que todos somos uno y tendríamos otra perspectiva del mundo, un mundo mejor, más real, más natural, así como lo es para un niño, que sin pensarlo y en su inocencia canta, con la misma naturalidad con que llora o juega, pues es parte orgánica de aquello que siente la necesidad de soltar o transmitir, una mágica danza y sinergia con el cosmos.
Hoy con toda humildad y responsabilidad comunico desde la experiencia, pues en mi vocación como docente, está reflexión a la que he llegado, ha sido un pilar con la cual he tenido la dicha de ayudar a desbloquear a muchas personas con las que he trabajado y guiado, y como artista y ser, simplemente le debo a esta filosofía mi vida, pues me ha llevado a sanar muchísimas heridas que me había abierto sin saberlo, atrapándolas en mi garganta y corazón y que me habían hecho mucho daño, no solo a nivel energético y mental, sino también a nivel físico, pues mucho de esto que mantenía atragantado, fue somatizado, y es gracias al encuentro conmigo misma, con el arte, la pasión por la música, por componer, expresar, crear, liberar, amar y cantar, que salve mi vida.
Así que hoy mi manera de agradecer todo esto, es seguir transitando por este camino y seguir propagando este mensaje de conexión y liberación, buscando con toda mi ilusión, motivar e inspirar a otros de ir hacia ese reencuentro, a explorarnos profundamente, recordando y rescatando ese niño interno y abrazando el adulto que ahora somos, liberando nuestros cuerpos y su voz, esa que exclama ser escuchada, para exaltar a través de ella nuestro ser.
SUKI LANDAETA
“Tan solo vengo a recordar, quien soy y donde quiero estar”.. ( Oceánica y Cósmica)
Suki Landaeta
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